Hoy, durante la plenaria de la Asamblea Nacional, por iniciativa de la Diputada Iris Varela fue aprobada en primera discusión la ley del Talión, algunos especialistas en Derecho Penal, no han dudado en denominarla “la ley del ojo por ojo y diente por diente”
Valera señaló que “nadie puede imaginarse lo reinvindicador que es tomarse la justicia por mano propia y que no existe en derecho procesal una vía más expedita para conseguir la equidad”
Sí, ciertamente los dos párrafos anteriores son una bufonada, una expresión irónica frente a lo ocurrido esta mañana. Hay quienes piensan quien no sea madre, no puede lograr entender la indignación que siente la Diputada Valera; y de algún modo se solidarizan con su actitud.
No hablaré de las cualidades humanas de la Diputada Valera, porque no es este un post dedicado a eso. Por sus hechos los conoceréis, dice sabiamente la Biblia y yo nada tengo que agregar a ese tan buen aforismo de nuestro señor Jesucristo.
Históricamente, la Ley del Talión, constituye el primer intento por establecer una proporcionalidad entre daño recibido en un crimen y daño producido en el castigo, siendo así el primer límite a la venganza libre.
Sin embargo, no parece recordar la diputada Valera ni a Beccaria, ni a Hegel, ni a los inspiradores del Derecho Penal del Estado de Derecho Liberal, que bien afirman que aún cuando la pena debe ser escrita por los representantes del soberano, no es al soberano a quien corresponde aplicarla, sino al magistrado interpretando el derecho positivo a los hechos probados.
Debo detenerme acá, para señalar que no es este un panegírico en defensa de Gustavo Azócar, él debe bastarse solo para ello y de lo contrario que contrate una barra, o un abogado –lo que le salga más económico—.
Escribo esto porque me parece inaudito que alguien que estudio Derecho, que es representante del pueblo ante el Poder Legislativo, sea quien no sólo amenace sino que ejecute un despropósito en un Estado de Derecho: Tomar justicia por su propia mano.
Sabe sin duda la Diputada Valera que la protege la inmunidad parlamentaria, y por ello no sólo amenace y arremete, sino que promete volver a asumir la misma conducta si volviera a ver a Gustavo Azócar.
Yo creo que a quien verdaderamente le causa daño esta situación es a ella, que le da la espalda a lo que estudió, que renuncia a la tutela judicial efectiva, que desdeña la posibilidad de que la administración de justicia decida quien tiene la razón y quien ha cometido injusto. ¡QUE LÁSTIMA Y QUE TRISTEZA QUE NO NOS PAREZCA HORRIBLE LA VENGANZA, PORQUE CON ELLO ESTAMOS RENUNCIANDO A UNA PARTE DE NUESTRA HUMANIDAD!.
PD: Diputada Valera, imagino que la campaña por el Sí y Sí la tiene un tanto ocupada, sin embargo, hay un libro muy útil, llamado Código Penal. Si busca en él, el CAPITULO VII, encontrará las penas destinadas a los que cometan delitos tipificados como difamación y/o injuria. Le doy otro dato, si gana el juicio—si cree en la administración de justicia claro está—al que usted le dio de cachetadas esta mañana, le salen entre 3 y 18 meses en cárcel.
