lunes, septiembre 03, 2007

Y la indevolvible se fue

Pues nada, la catira indevolvible brincó el charco; era de esperarse, convivir en este país donde se nos institucionalizó la marginalidad, donde lo común es cargar la plancha de zinc debajo del brazo. No era sino previsible, que un día nos iba a dejar a merced de las páginas rojas, de los buhoneros, de la Cuna Cochina de Bolívar, de la Reina de la inseguridad y el malandraje.

La catira se nos fue a disfrutar de las bondades del :
Doña Catira,¿me permite?
Tenga la bondad su merced
!Mona que linda está¡

Y otras frases tan adulantes como respetuosas. Allá debe estar fascinada de la fuerza de una economía que no sucumbe a los atentados, a la guerrilla, a los paras, donde a los malandros les dan su parao, incluso en la misma Cali, en la guapachosa Medellín.

No lloro su partida porque Colombia se parece más a ella, es más goda...se desayunará con Waffles y chocolate cien por ciento cachaco. Por ahí comenzó a regalar sus ropa de verano,¿ y es que para que quiere escotes en la Londres de América?.

Ahora tenemos una excusa para internacionalizar el grupo maldad, si éramos insoportables con nuestro status nacional, ahora que somos For Export, no creo en el límite de nuestra vanidad.

Pues bien hermana, a casi una semana de tu partida, me hace feliz sentirte tan cerca como siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

quizá la sientas lejos y en el alma esté cerca

amor

Blondie dijo...

tan halagada como despechada!! jejeje... que te puedo decir? uno se hace el loco, voltea para la computadora y las consigue... trata de que la distancia no sea pesada aún... Pero nada, el calor, no de la ciudad que te hace brillante (por el brillo del rostro), sino el de las amistades cercanas... es extrañable a rabiar