martes, marzo 20, 2007

El Malandrometro



Sí, no se abismen. Hay mujeres –amigas mías tengo—que tienen dentro de sí, un malandrometro. Más allá del tema de la conciencia de clases, de la solidaridad y todo ese discurso que por cierto me tiene ¡hasta aquí!.

Ellas quieren un novio que las consienta, que las ame, que les diga sí mi amor, que tenga una camioneta 4X4, que tenga casa en la playa y por supuesto en la ciudad; que vista bien y continúa la lista.

La verdad, es que al margen de sus deseos, se enciende el aparato este que pone su lucecita en rojo cada vez que se asoma un motorizado; si tiene una dentadura esperando por corrección entonces se le suman 10 puntos, si usa el casco en el codo 10 más; si la tarjeta le rebota o aún no le depositan el sueldo “pero mañana sí, seguro mamita”, ponle 30 puntos; y así vas sumando hasta encontrar que guarda en la guantera una colección de vallenatos y unas bolitas de naftalina.

El malandrometro no funciona en caso contrario, es decir, todo lo que huela a un chico bien, que no confunda tu nombre si tiene “r” intercalada. Por Ejemplo: María Fernanda—para que se encienda el malandrómetro tiene que decir el mancebo María Felnanda—.

El caso es que parece que el aparato es cada día más popular. Y llega a niveles de paroxismo cuando un joven se acerca a una mesa en pleno bautizo y dice:¡ pelmiso mami, voy a traer pal de frías!

1 comentario:

Deya dijo...

Jejeje. Si me gusta este aparatico.

Será que mide también a los mujeriegos, mentirosos y flojazos?

Saludos!