lunes, marzo 05, 2007

“OBEDECER POR OBEDECER; ASI NOMÀS, ESO SÓLO LO PUEDE HACER GENTE COMO USTED CAPITÁN”





Antes de caer fulminado por un disparo del Capitán Vidal; eso dijo el médico que ayudaba a “los rojos” en la fabulosa historia cinematográfica “La Leyenda del Fauno”.

Alguien cercano a mí, se que caerá más tarde que temprano, al menos trasquilado, por decir una frase así; que puedo decir, hace mucho que dejamos de ver la política como un partido caracas-magallanes; donde gane quien gane, pierda quien pierda, la idea final es beberse la cerveza.

Hace rato que no queremos bebernos la cerveza juntos, todos, sin excepciones; hace rato que nuestras diferencias son más que nuestras semejanzas; a pesar que todos –salvo alguna extraña circunstancia—continuamos respiramos aún por la nariz, defecamos por el mismo viaducto—creo que cierto anciano por allí no, pero…).

No sé cuando dejamos de agitar las banderas al viento y cuando comenzamos a querer montarnosla por la crisma; así sin más, dejamos de decirles Pendejos a los políticos, para insultarnos entre nosotros mismos.

Pues ahora, en la peligrosa línea que nos han dibujado en la frente, ya no queremos sentarnos todos en el estadio; ahora queremos que sólo quienes piensen exactamente igual a nosotros puedan sentarse en palco; a los demás no los queremos ni en las gradas; mejor si ni siquiera hacen la cola.

Yo quiero volver a decir: yo soy ….; yo soy….; no importa; ambos son la misma mierda; e irme de manos gritándole a todo el mundo que no me da la gana de obedecer, que el único lavado que permito es el de la peluquería, que los únicos libros que leo con fervor religioso son los que muestran caballos árabes, españoles, ingleses, solos o en manadas.

Todavía quedamos algunos que podemos jugarnos; cada día somos menos; pero creo que no podemos renunciar a decirnos reilonamente; “eres de un chavismo enfermo” y reir a carcajadas; ni podemos erizarnos cuando nos dicen “estás de un escuálido…” y mirar al otro con cara de ”no se lo digas a nadie, que después me botan”.

Tenemos que expulsar al enemigo de esta tierra: El Odio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Resulta increíble que un discurso tan mediocre y caduco como el que la política nos propone hoy en día haya sido capaz de producir una nueva ola de fe ciega, fanática, en lo político. Sin embargo ahí están, la gente de verdad cree que hay soluciones efectivas en un lado o el otro de la dialéctica. Creen que si no se ven los resultados es porque el otro no les ha dado chance.

Nadie propone nada nuevo, sin embargo todos creen que su camisa vieja es una revolución, un paso adelante... y cuando hablan, lo que les sale por la boca no es más que una grabación de la voz del líder, toda tal y como lo dijo él.

Nuestra política un asco, un acto de profunda inmadurez social que demuestra que no estamos a la par del resto del mundo, que nos falta algo, mucho para ser al menos modernos. No se puede vivir así, recogiendo e ideologizando las sobras intelectuales del primer mundo, sin siquiera haber entendido las razones de su propio fracaso o de su triunfo.

Sin embargo, obedecemos. Al escribir esto aquí, yo también estoy obedeciendo a algo, que no se logra identificar a la primera, pero que es un dogma, que se impone en la forma de ideas prefabricadas. Y eso da miedo. Por eso, creo que la mejor forma de desobedecer es execrar a la política del discurso. Vivir como si ellos y sus mentiras no existieran. Sólo así, supongo que pueden comenzar a perder poder. Pero quién sabe, de repente es mentira, es otro dogma.

Saludos!

Celeste dijo...

Empecemos por convertirnos en protagonistas de nuestra propia historia y dejemos de ser simples críticos de la historia ajena. Como seres humanos, como personas, como entes individuales y como pueblo.

Me encantó!

Beso celeste.