miércoles, febrero 07, 2007

Mi proyecto… Una replica Nina

Yo tengo un proyecto, y pensé como bien dices que cambiaría, que seguro con mi amor, con una gran dosis de buena cama, con muchos fines de semana en Choroní, con mucho sushi en el sensual tatami del Avila Tei, yo lo cambiaría.

¿Y por qué no?, y como si se tratara de una reforma constitucional o peor, una Asamblea Constituyente, pues me inventé un proyecto a reformar, he aquí mi agenda:

Revocar, de una vez por todas y para siempre, cualquier rastro, suspiro, foto, vestigio electrónico o fotostático, telefónico, celular, visual, virtual o real con su ex mujer y su ex familia.
Lograr que el Grupo Maldad le diera legitimidad a “el propio” y que “el propio” entienda que ellas no sólo son mis amigas, sino mis hermanas, a las cuales respeto, admiro y quiero mucho más que a la bandera de siete estrellas.
Lograr que mi hermano “el bondadoso” aceptara que a los 28 años soy dueña de mi vida y de mi cuerpo y que se lo cedo, traspaso, para su uso, goce y disfrute a quien a mi me de la gana, sin necesidad de que intervengan las 3/5 partes de su real gana. Y que el señor en cuestión intentara ser más simpático—luego de lo sucedido ni lo uno y por supuesto ni imaginar lo otro—
Que se emocione como si fuese una Miss cuando la coronan, cuando le regalo desde la más mínima y cursi mariquera, que me abrace y me bese con locura si alguna vez logro pegarla con sus gustos, para darme por enterada.
Que no se arreche y no me grite cuando pierde los estribos porque aunque no lo parezca, no mando con la frecuencia necesaria a la gente que me jode en exceso para el carajo.


En vista de que mi proyecto de cambio para el señor de mi vida, ha sido una completa trama constituyente, que si yo cumplo con ese artículo, pero tu me violas el otro, que te cambio esa barajita, a cambio de que siempre me des masajitos, que yo soy así que puedo hacer, decidí aprobar un solo artículo, para mi bicha particular y personalísima.

Disposición Final

Amo tus defectos con tanta pasión como tus virtudes, renuncio al martillo y a la hoz, a la bolsa de cemento, a la mezcla de concreto, a los sermones matutinos—pero no a las conversaciones horizontales—al deseo irreprimible de convertirte a carajazos en mi príncipe azul. Me quedo contigo mi señor real, con tus planos desajustados, con tu seriedad perpetua. Te amo.

Publíquese y sobretodo Ejecútese.

Tu Pacho.

No hay comentarios.: